El pasado miércoles, 19 de septiembre, la Comunidad de religiosas de la Sagrada Familia (Francesas) celebró la fiesta de su fundadora, Emilia de Rodat, con una eucaristía en la capilla del Colegio, junto a profesores y antiguas alumnas. En el altar, los más pequeños colocaron al inicio de la ceremonia unas lámparas encendidas como símbolo de la luz, destello infinito del pan de la Palabra, junto al pan del Cuerpo de Cristo, compartido en la mesa del sacrificio eucarístico. Santa Emilia (Druelle 1787-Villefranche de Rouergue 1852) nació pocos años antes de la Revolución francesa y bien joven intentó ser religiosa. Al no conseguirlo, marchó con su abuela a Villefranche, y al descubrir a un grupo de religiosas solas, sin amparo, debido a las consecuencias de la revolución, las acogió y cuidó en su casa. Después, le llegó el dolor de las madres porque sus hijas pobres no recibían educación, y acogió a cuarenta en su casa, comenzando una tarea educativa que no ha cesado. Después, fueron los enfermos que visitaba en sus casas, los mineros sin trabajo y, posteriormente, los niños de la calle, los huérfanos, la mujeres de la vida, los encarcelados. Vivía con los ojos abiertos, llenos de la luz del amor, y ninguna necesidad la dejaba indiferente. Con la oración y la entrega a la voluntad de Dios, buscaba la manera concreta y real de dar respuesta a las necesidades que le llegaba. Todo estaba conducido por la misericordia, orando mucho y amando mucho. Al final de la eucaristía, quise fijarme en uno de los principales destellos de Emilia de Rodat, la «larga noche oscura» de fe, que sufrió durante 32 años, con que fue probada y que nadie notaba. Emilia no se viene abajo, no tira la toalla, sino que continúa sirviendo y haciendo el bien, sin caer en racionalismos o sentimentalismos vaporosos, sino siempre fiel a la fe y a la confianza en Dios. Terminada la eucaristía, religiosas, profesores y antiguas alumnas compartieron una merienda fraterna, entre una nube de recuerdos, proyectos y esperanzas. El colegio de las «francesas» prosigue su singladura en Córdoba, al ritmo de los tiempos nuevos.

* Periodista y sacerdote