¿Que hubiera sido de nosotras, di, si no las hubiéramos tenido a ellas?...

Gracias Hipatia, por ser un icono de sabiduría, por ser filósofa y matemática y directora del Museo de Alejandría en un mundo totalmente masculino. Tú fuiste como tantas otras y hasta hoy brutalmente asesinada a manos de hombres fanáticos.

Gracias Magdalena Carmen Frida Kahlo, por enseñarnos a ser libres desde el dolor, a no necesitar pies si tenemos alas para volar y a aprender que solo hay que querer a los hombres que vean magia en nosotras.

Gracias Simone de Beauvoir, te debemos las raíces del feminismo, la idea de igualdad de género y decir alto y claro, cuando era impensable, que la mujeres somos mucho más que esposas y madres.

Gracias Marie Curie por ser la primera mujer en ganar un premio Nobel y por ser la única del mundo en ganar hasta dos, porque detrás de ti llegaron muchas más, pero aún no han llegado las suficientes.

Gracias a las atrevidas como Concepción Arenal, que cuando nos estaba prohibido estudiar en la Universidad, se inscribió como oyente disfrazada de hombre (gracias al rey Amadeo I, el Rey Caballero por autorizar que las mujeres pudiéramos ser universitarias) y gracias a Elena Maseras, la primera matriculada de pleno derecho en la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, la que fue recibida entre aplausos por sus compañeros. Gracias, también, a hombres como estos.

Gracias a Victoria Kent por ser la primera mujer de la Historia de España en ejercer como abogada y vestir la toga en un juicio ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina. Gracias, también, por ser, con Clara Campoamor y Margarita Nelken, las primeras diputadas electas tras las elecciones de 1931, unas elecciones en las que no pudieron votar y sin embargo resultaron elegidas.

Gracias Josefina Escobar, porque ejerciste la abogacía en solitario en un mundo jurídico completamente masculino, haciéndolo tan discreta como aplicadamente, porque has sido el ejemplo a seguir para muchas y porque nos abriste la difícil puerta de la abogacía en Córdoba a las que llegamos detrás.

Gracias Carmen, Sofía, Manuela, Rosario, Josefa, Pilar... por trabajar de sol a sol y además parir y no parar y cuidar a los padres y a los maridos y a los hijos y hasta a los nietos, a ellas, a vosotras, a nosotras, a las que vendrán, en este día internacional de la mujer que nadie diga que hay igualdad real cuando el breve camino recorrido no ha hecho más que empezar.

* Abogada