Vivo en una masía en el campo con una alberca que nos sirve para regar y para bañarnos en verano. En uno de estos días calurosísimos, cual fue nuestra sorpresa al descubrir a nueve patitos nadando felices en el agua, bajo el control de su madre, una digna pata, en actitud de alerta permanente. Ignorando su procedencia, nos preguntábamos el gran esfuerzo de esta madre pata para transportar a sus nueve hijitos. Posiblemente los cargaría en su espalda o bajo sus alas, arrancando a volar para llevarlos a un lugar donde pudieran chapotear y disfrutar de un poco de frescor. Mientras los animales son ejemplo de amor y abnegación, cuántos humanos «civilizados» son auténticas bestias que maltratan a sus hijitos por puro egoísmo y absoluta irresponsabilidad. H