¡Para lo que ha quedado nuestro rico patrimonio histórico! El palacio de Maximiano Hercúleo, cuyas ruinas se encuentran en el yacimiento arqueológico de Cercadilla, entre los aparcamientos de la estación de trenes y la avenida Vía Augusta, hace meses que está okupado por una pareja de perros callejeros, que viven en él a cuerpo de emperador. Estos animales, evidentemente, no tienen ningún tipo de control sanitario, por lo que pueden ser portadores de cualquier enfermedad y parásitos; además pasan las noches ladrando, con lo que impiden el descanso de los que vivimos cerca y tenemos que madrugar para trabajar. Varios vecinos hemos denunciado la situación, durante los meses de julio y agosto, a Sadeco control animal pero, o nos han ignorado, o nos han dicho que, al ser un recinto cerrado, no podían acceder (curioso, ya que el recinto también pertenece al Ayuntamiento). Como ahora están haciendo trabajos en el yacimiento, parece que están intentando atraparlos pero, en dos semanas, no lo han conseguido. Creo que no es mucho pedir que un departamento de control animal, que pagamos religiosamente, sea capaz de hacerse con dos chuchos pulgosos y así facilitar el descanso de los ciudadanos y cuidar de nuestro patrimonio histórico.