El líder estadounidnse está a punto de encender la llama de un gran incendio comercial con la formalización de los aranceles a la importación de acero y aluminio para proteger a los productores nacionales. Una medida que no convence ni siquiera en la Casa Blanca, aunque ya es sabido que el presidente de los estados Unidos se salta con frecuencia la opinión de los colaboradores nombrados por él.