La turista inglesa Freda Jackson pide a su agencia de viajes que le devuelva el importe de sus vacaciones en Benidorm o la invite a otro destino gratis. No ha podido soportar la estancia porque había «demasiados españoles» en su hotel, groseros, ruidosos... A sus 81 años, doña Freda no encontró el destino tranquilo que buscaba, que, por las imágenes de televisión, es un lugar de los que contratan las operadoras para que a los british les salga más barato viajar que quedarse en casa. No pretende que no haya españoles en España, sino que no estén donde ella se encuentre, exhibiendo esa superioridad británica derivada quizá de sus colonias, en las que la segregación era lo primero. Pues la próxima vez, que se gaste el doble y se ponga el salacot.