Dice el refrán que es de bien nacidos el ser agradecidos. Y todos los españoles debemos agradecerle a Albert Rivera algo. Ese algo no es otra cosa que el algo que todos tenemos o que todos debemos de tener cada uno en su ambiente y circunstancia: el aportar a la vida y a los demás nuestra impronta genuina. Todos la tenemos. Y es esa la responsabilidad o el compromiso inalienable que todos deberíamos tener: dejar las cosas mejor de lo que nos las encontramos, incluido en ese concepto de cosas a las personas. Albert Rivera, con su juventud en ristre en aquellas etapas incipientes en las que se estrenó en política comenzó a darnos a los españoles algo más que un programa político de un signo u otro, pues esto ya lo teníamos de sobra. En aquella Cataluña en la que el sectarismo de la mano de las competencias en educación ya había creado sus primeras hornadas, Rivera comenzó a construir el antídoto contra el separatismo y el antipatriotismo que más tarde heriría a España. Fueron años de dura lucha dentro de las siglas de Cs, pero el discurso de partido trascendía a una conciencia democrática que combatía el veneno y la falacia independentista. Fue precisamente ese compromiso con el concepto de España y de Estado de Albert y su partido lo que hizo que aquella ideología trascendiera al ámbito nacional y Cs se convirtiera en un partido de aspiración estatal. Es en este punto donde hubo que darle a la ideología un lugar en ese espacio ideológico-político y pasó lo que pasó: que se ocupó el centro, que es lo que estaba libre en una España de etiquetas políticas. Aunque Cs en realidad no sea ni de centro, ni de derechas, ni de izquierdas, sino un partido que siempre ha bebido de ese espíritu que conformó nuestra constitución y en el que formaron parte todos los signos políticos. Albert ha dimitido por unos resultados electorales; aun a pesar de no dejar de ser un buen político. Ahora toca desde su partido recoger su legado ideológico, el mismo que parece que los votantes de Cs no han sabido entender en estas últimas elecciones.

* Mediador y coach