No a la gran coalición, NoGroKo, declaran las juventudes del socialdemócrata SPD. Es la primera piedra en la creación de un nuevo gobierno en Alemania que encabezaría Angela Merkel después del principio de acuerdo del SPD con el democristiano CDU de la cancillera y sus socios bávaros. El parto se alcanzó tres meses después de las elecciones y ahora, tras la nítida toma de posición de los jóvenes socialdemócratas, revela su fragilidad. El domingo, un congreso extraordinario del SPD decidirá si abre la negociación. Las grandes coaliciones entre democristianos y socialdemócratas se han saldado siempre, y muy en particular la última, con un batacazo electoral para el SPD. Los jóvenes del partido consideran, y llevan razón, que la gran coalición deja a los ultraderechistas y xenófobos de la AfD como primer partido de la oposición y proponen un gobierno en minoría. Sin embargo, este gobierno, inédito en Alemania, no es garantía para mantener a raya a la AfD. Al contrario, se alimentaría de sus debilidades. La otra alternativa, la de un regreso a las urnas, es incluso peor. Y Europa necesita de una Alemania estable.