Frase lapidaria impresa en el librito editado para la celebración del 40 aniversario del Ballet Nacional de España. Enunciado que habla por sí solo tratándose de esta Compañía que arranca según sus anales históricos de 1978 con Gades, sucediéndole Antonio El Bailarín, María de Ávila, José Antonio Ruiz, Aurora Pons, Nana Lorca, Victoria Eugenia, Aída Gómez, Elvira Andrés y Najarro. Un elenco de profesionales de la élite del baile español, que, en algunos casos, procedían de sus propias filas. Todos con la pretensión de lograr nuevos objetivos e innovar los diferentes ámbitos de la danza española y la complejidad de estilos que la configuran.

«Dignificar la danza española», eso es su caminar, su razón de ser, proyectándola por el mundo entero como marca de nuestra cultura. Ha ofrecido doce funciones en diciembre pasado en el Teatro de la Zarzuela con un espectáculo sublime, que apuesta por dar un reconocido homenaje a todos los directores y maestros que han dejado su saber hacer en su paso por el BNE. Piezas siempre actuales por la exquisitez con que cuidan todos los elementos y puesta en escena. Esta finalidad constructiva les honra, así se escribe la historia, así se suma, reconociendo la labor de los que han precedido la institución tanto en gestión como en docencia o creación. Una apuesta digna que elegantiza a los protagonistas, y así se disfrutó de un BNE que nunca defrauda. Nuestro bailarín cordobés Antonio Correderas a la altura de todas las interpretaciones, saliendo en esta ocasión del cuerpo de baile con puntuales distinciones muy trabajadas en todos los estilos, con una proyección escénica sin igual. Un gran aplauso para el BNE y para los maestros que dignifican el arte de la Danza.