Durante casi dos meses nos hemos acostumbrado a pensar solo en términos coronavíricos. Toda realidad personal o social ha pasado por el filtro de la pandemia, de la reclusión, de la enfermedad y la injusta muerte, de la ruina económica que enseguida se ha hecho evidente en tantos hogares, y que promete extenderse como una segunda infección, esta vez para los más pobres, o para los que viven en los frágiles equilibrios del pequeño negocio y el trabajo por cuenta ajena.

También han estado las mentes en los asuntos domésticos, en la convivencia familiar, en las añoranzas de los ausentes, recordando, enumerando lo que se han perdido, sintiendo tristeza, y preparando el futuro. Casa paso es noticia viral, o mejor, noticia coronaviral, que si el paseo, que si las terrazas de los bares, que si los contagios, que si la curva.

Pero hoy, desde la mañana, me atrevo a pensar que miles de cordobeses y otros muchos miles de ciudadanos españoles tienen en la mente a Julio Anguita, vecino de Córdoba, disfrutador de los paseos por la ciudad desde que sabemos de él, político destacado, el alcalde más querido y también más criticado, y el hombre que puede moverse por la ciudad tranquilamente, jugar al dominó en el barecito de la plaza de la Corredera, seguir escribiendo a diario y ser el referente de la izquierda española, con su trayectoria inmaculada, sus errores y aciertos, su crudo análisis de la realidad, su fuerza interior, su coherencia, esa equivalencia entre lo que se dice y lo que se hace que tan pocas veces vemos en los políticos.

Hace unos días respaldó en un vídeo el manifiesto del Colectivo Prometeo, que él encabeza en las firmas, en el que se pide una reflexión profunda para una salida justa de la crisis del covid-19. Su aspecto en la imagen era magnífico, pero los problemas cardíacos son así, llegan sin avisar. Julio Anguita -fue «don Julio» para sus alumnos cuando dejó la política y volvió a dar clases- está en la UCI, pues su corazón ha vuelto a las andadasestá en la UCI, y miles de personas desean su pronta recuperación. #FuerzaJulio le dicen en Twitter. Y yo también se lo digo.