La HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), con motivo del Día Internacional de la Familia, celebrará el próximo 6 de mayo la tradicional convivencia de las familias, enmarcada en la campaña que venimos realizando los dos últimos cursos bajo el lema Trabajo digno para una sociedad decente. Para nosotros, es fundamental seguir profundizando en la dimensión familiar del ser humano, que posibilita el trabajo decente y digno. Para ello, pretendemos mirar la relación que actualmente existe entre la familia y el trabajo en el contexto socioeconómico, político y cultural que vivimos. Y queremos hacerlo desde nuestra identidad como movimiento de Acción Católica y desde nuestra misión en la evangelización del mundo obrero. Por eso debemos preguntarnos por la familia en la realidad social que vivimos y los retos que nos presenta a la sociedad y a la Iglesia.

Desde nuestra experiencia y fe en Jesucristo, constatamos que la familia es una realidad básica y fundamental. En su seno la persona se realiza, se reconoce como tal y desarrolla su vocación a la comunión en el amor. Es lugar esencial de experiencia de sociabilidad humana y lugar primero en el que aprendemos las responsabilidades sociales, experimentamos la solidaridad y practicamos el cuidado de los otros, especialmente de los más débiles. En definitiva, donde desarrollamos las funciones que la hacen ser célula primera y vital de la sociedad.

Pero comprobamos también que las relaciones entre persona, familia y sociedad están condicionadas por la forma en que se comprende y organiza el trabajo: casi cinco millones de desempleados; casi dos millones de hogares con todos sus miembros en paro; tres millones de personas en pobreza severa... Todo esto impide una vida familiar plena y hace imposible que las familias afectadas puedan llevar a cabo su tarea educativa.

¿A qué se debe todo esto? Para el Papa Francisco «...es consecuencia de una elección mundial, de un sistema económico que trae consigo esta tragedia; de un sistema económico que tiene en su centro un ídolo llamado dinero». Pensamos que la situación actual y la crisis en la que seguimos inmersos plantean un formidable reto para los cristianos y para todos aquellos preocupados por la dignidad y la libertad de la persona. Ese reto pasa por comprometernos en hacer posible y exigir a la sociedad y al Estado que se pongan las condiciones sociales necesarias para que las familias puedan desarrollarse y cumplir sus funciones, tan necesarias para la vida de las personas y de la comunidad social. La familia necesita de un trabajo y una sociedad decente. Que la luz del Evangelio nos ayude a iluminar nuestras familias para que puedan ser y desarrollarse como verdaderas comunidades de amor y de fraternidad entre nosotros y con los demás.

<b>José Luis Molina García (HOAC)</b>

Córdoba