El secretario general de UGT de Córdoba, Vicente Palomares, y la secretaria general de CCOO, Marina Borrego, acudieron ayer al Pleno de investidura de José Mª Bellido, pero se marcharon al ver que les habían reservado sitio en el patio, mientras los representantes de los empresarios, CECO y Cámara de Comercio -a los que se equiparan desde el punto de vista institucional-, estaban dentro del salón de Plenos. Su discreto desplante tiene justificación, pues los representantes de las empresas no son más importantes que los de los trabajadores. Más tarde recibieron un mensaje de disculpas de un edil del PP en el que les decía que ignoraban lo ocurrido y habían sido decisiones de protocolo. Habrá que arreglar este tropezón.