La regeneración democrática era esto y la ha inventado Pedro Sánchez, no la formación morada --como llaman a esa deformación del sistema que se pone igual de morada a base de los mismos privilegios de la casta que pretendía echar de los chalés de la sierra. La formación morada pisoteó la regeneración en aquella mini maratón a trotecito lento, como cantaba María Dolores Pradera, de Ana Rosa Quintana con El Hombre con meta en Galapagar. La regeneración la inventó Pedro Sánchez cuando metió en el gobierno a un astronauta, a un juez ya disipado que conoció tiempos mejores y a un periodista defraudador, además de a un seleccionador de baloncesto como candidato a la vara de Madrid. Pero ha marcado la senda. Ahora todos se lanzan a pescar candidatos en bancos ajenos a la política, en el periodismo, en el mundo del deporte, donde sea, incluso enlazando como cowboys a desechos de tienta, a tránsfugas por interés, a una asesina convicta, confesa y con sentencia ya cumplida, a inmigrantes de color que quedan bien en las fotos, y todo, claro, en perfecta cremallera. Porque esa es otra. La urna de cristal en la que todos viven sin excepción les ha hecho creer que a los contribuyentes netos de papeleta cuatrienal e IRPF anual nos importa algo eso de la cremallera y de las zarandajas políticamente correctas de toda condición. Allá ellos, por ahí no van las cosas. Tampoco las cosas van por echar el anzuelo para las listas en cunetas y regajos donde boquean quienes no saben dónde meterse, cesantes sin oficio ni beneficio, ni en traerse del espacio a astronautas, ni de la trena a homicidas, ni de las canchas a baloncestistas. La regeneración viene de la mano de imponer sensatez, y la sensatez está reñida con la corrección política siempre. El sentido común, el menos común de los sentidos, tendría mucho que decir sobre medidas para el recambio generacional, sobre ofrecer a la gente medios de vida que les permitan proyectar sus vidas, sobre mirar a los jóvenes y amortizar viejas guerras, sobre erradicar la violencia y la mala educación de los medios, sobre favorecer la convivencia. En distinguir de una vez la velocidad del tocino.

* Escritor

@ADiazVillasenor