Ir al trabajo, hacer deporte, realizar la compra, recoger a los niños en el colegio, limpiar, cocinar... Cada día la lista de «cosas que hacer» es mayor. Stop. Es el momento de desconectar. El verano trae consigo un paréntesis que bien aprovechado tiene importantes beneficios para nuestra salud física y mental. Pero, ¿es posible desconectar del todo? Y, sobre todo, ¿sabemos hacerlo? Según un estudio realizado por Adecco, hasta un 35% de los trabajadores no consigue despejar su mente durante las vacaciones estivales, frente al 65% que sí logra olvidar sus tareas y funciones completamente. Según los expertos, si no de desconecta en vacaciones aumenta el estrés. Y reducir el uso de las tecnologías de la comunicación es clave. Pues a por ello.