Pintan bastos las encuestas que vaticinan el declive del PP. ¡Parece mentira! Vergüenza les debía de dar. ¿Quién manda en el PP? ¿Por qué lo están haciendo tan tremendamente mal? ¿Acaso, no se dan cuenta del monumental daño que les están haciendo a sus militantes, simpatizantes y votantes? ¿Dónde están los ideales de aquellos años cuando se consiguió una gran mayoría, la mayor de la historia democrática conocida? ¿Quién lo echó todo por la borda?

Señor presidente del partido y señor presidente de Gobierno, si no es capaz de controlar la situación en el partido, y si no es capaz de controlar a sus ministros, cualquier militante de base, si habla con él, le aconsejaría que convoque un congreso extraordinario y urgente donde se depuren todas las cizañas que están impidiendo crecer al partido. Y si usted está cansado, no puede, o se ve impotente para afrontar la realidad, deje que otros más capaces, cojan al toro por los cuernos, y paren, de una puñetera vez, toda esta sangría que destruye a un gran partido y, lo más grave aún, es esa destrucción que estamos contemplando de la gran nación española. ¿Acaso no hay mentes pensantes y valientes en las altas esferas del partido? ¿Dónde están, pues, para iniciar una revolución?

Parece mentira que aún no hayan aprendido en el PP del valioso poder de la propaganda y del maravilloso arte de saber vender la burra. Ese ha sido el gran mal, esa inutilidad de auténticos pardillos que, aunque han luchado por mejorar lo mal que estaba todo, se han limitado a contemplar las musarañas, permitiendo que, unos, con sus artes de tejemaneje, y otros, que lo único que han demostrado hasta ahora ha sido el pedir dimisiones y pedir comisiones de investigación, están, por lo que vemos, sembrando la cizaña para impedir que la buena semilla crezca en abundancia, llenando los campos del progreso español para recolectar el mejor fruto deseado.