Sorprende cómo nuestros políticos, todos, demonizan con suma facilidad a los miembros de formaciones rivales que amenazan con cuestionar su poder, hegemónico o no, y en inconscientes zombies, teledirigidos por el lado oscuro de la Fuerza, a las hordas de ciudadanos que caen, por mor del demonio, claro, en la tentación de apoyarlos con su voto. Aún no tengo edad de votar, y ya siento que me están tomando por tonto. Cuando cumpla 18, volveré a escribirles. Muchas gracias.