Las recientes palabras del obispo de Solsona vinculando la homosexualidad a una carencia de la figura paterna; la rebelión de unos alumnos de Lleida contra el profesor que había calificado a los homosexuales de «antinaturales», o el caso de Jesús Tomillero, el árbitro de fútbol que ha recibido amenazas por su condición sexual, nos informan de que en este país, pese a los notables avances de las últimas décadas, aún existe un rechazo homófobo contra el que se debe luchar sin desmayo. En las próximas semanas se llevarán a cabo reivindicaciones diversas para sensibilizar a la sociedad y para reclamar una legislación igualitaria y en defensa de los derechos del colectivo LGTBI. Casi un 40% de la población mundial vive en países donde la libertad sexual está prohibida. Bajo el lema Por los derechos LGTBI en todo el mundo, el desfile de Madrid será un referente ineludible, conjunción entre fiesta y radicalidad en defensa de la dignidad humana.