Un debate con seis candidatos es inviable, dice el comité para las primarias del PP. Y, como siempre, son los candidatos con menos opciones (al menos aparentemente) como el exministro García Margallo, los que reclaman este intercambio que no se va a producir, por más que situaría la contienda de los populares en el máximo estrellato de audiencia. Pero es que parece arriesgado, después de haber estado en el Gobierno, que puedan cuestionarse decisiones (ya lo ha hecho Cospedal con el 155), o reprocharse la forma en que se ha abordado la corrupción (Sáenz de Santamaría se desmarca). Así que ni debate ni ampliación del plazo de inscripción de votantes que pide Pablo Casado. El PP opta por una campaña más aburrida, pero más segura.