Vaya la que ha dado la falsa propaganda del régimen andaluz con el 4 de diciembre del 77, cuando aquí los únicos que salieron ganando fueron ellos, que con las autonomías abrieron una puerta más a los grandes privilegios de la casta política, con gran manguerazo de dinero y de colocadero público, reservados para ellos y los suyos. El cada vez más pobre y oprimido pueblo andaluz sigue liderando el paro, los problemas en la sanidad y en la educación, y padeciendo la corrupción y los excesos de esos terratenientes políticos del cortijo de la Junta de Andalucía, que decían ser del pueblo, por el pueblo y para el pueblo. ¿Os acordáis del padre de ese sindicalista que dijo a la guardia civil que su hijo tenía dinero para asar una vaca? ¿Y de ese otro socialista obrero que se gastaba nuestro dinero en cocaína y en pilinguis? ¡Ya está bien!