Acaso entre las culturas modernas, una de las más dolorosas quizá sea la denominada «cultura del descarte». Pretende «eliminar» por las buenas o por las malas a seres humanos indefensos, bien porque estorba su presencia, bien porque ya no aportan nada a la sociedad. Ahora, como siempre dando batalla a los más débiles, a los más indefensos, en vez de iniciar su afanes polÍticos por los más poderosos, el PSOE se ha apresurado a presentar en el Congreso una proposición de ley sobre la eutanasia, e inmediatamente la Conferencia Episcopal, a través de su portavoz, José María Gil Tamayo, ha salido a denunciar dicha propuesta que entra de lleno en la «cultura del descarte» y en el «corredor de la muerte voluntario», que es la eutanasia. «Para la Iglesia y para la más elemental conciencia ética, proclamaba el portavoz de los obispos, está el principio de no matarás. Y esto tan elemental y básico está puesto en cuestión por cualquier iniciativa que atente contra la vida. A todos nos obliga el respeto a la vida, la ajena y la propia. La defensa de la vida debe ser integral, no según baremos de calidad de vida». Gil Tamayo recuperó, en sus palabras, una expresión que ya ha usado en otras ocasiones: «No podemos hacer corredores de la muerte, ya tenemos bastantes y esperemos que desaparezcan. Hemos de hacer una defensa de la vida integral, desde el ser concebido hasta el término natural». El portavoz recordó que el Código Deontológico de la Organización Médica Colegial recoge «la labor de curar, al menos aliviar, y siempre acompañar y consolar al enfermo». Además, rechazó que la eutanasia sea un derecho: «No se puede ir haciendo derechos de laboratorio que no nazcan de la dignidad y de la propia naturaleza humana». El secretario general de la CEE ha pedido que se legisle sobre cuidados paliativos y que éstos lleguen a hospitales, ambulatorios y a los propios domicilios de los enfermos: «Esas son las respuestas de una sociedad éticamente sana». Subrayó, asimismo que «nada de esto obsta para que las relaciones Iglesia-Estado se mantengan con satisfacción y normalidad».

* Sacerdote y periodista