Uno de los muchos retos pendientes que tiene la ciudad de Córdoba es la revitalización de su centro comercial y social, observo como vecino y como gerente durante años de asociaciones sectoriales y territoriales de comerciantes. El centro de Córdoba ya lo era hace dos mil años, donde se situaba el foro romano de la ciudad. Y en la actualidad es uno de los escaparates que la ciudad ofrece a los miles de visitantes que recibe. Pero sobre todo, y además de los vecinos que lo habitan, el centro es referente para todos los habitantes de la ciudad, como ocurre en cualquier ciudad del mundo, donde se concentran hoteles, teatros, la mejor restauración, las sedes de múltiples administraciones, y las grandes marcas del mercado de la moda.

Se hizo un esfuerzo en peatonalizar numerosas arterias como el Bulevar, Gondomar, Cruz Conde y la última Capitulares, al igual que otras ciudades de nuestro entorno, para construir espacios más habitables por transitables, lo que fue acompañado con la dotación de plazas de aparcamiento y la mejora del transporte público. Sin embargo, con ello no basta. Uno de los ejemplos ha sido la apuesta dubitativa sobre el entoldamiento de varias calles llegada la época estival, unos años parcial, otros escaso y pocas veces eficaz. O la insuficiente iluminación de Ronda de los Tejares o de Cruz Conde es otro ejemplo que menoscaba dichas arterias como lo han denunciado reiteradamente el comercio afectado. El abuso del granítico pavimento, que acumula grados añadidos de temperatura, a parte de su impacto estético, ha sido otro lastre para la zona.

Sobre todo, no podemos dejar atrás la activación comercial del eje Ronda de Tejares-Tendillas-Catedral. Es inconcebible que por las dificultades de gestión, miles de metros cuadrados en el centro de la ciudad estén cerrados a cal y canto como ocurre en Claudio Marcelo con el antiguo C&A y el edificio del Corte Inglés en Jesús María, donde alguna vez me he imaginado un Platea madrileño. Aunque sean de propiedad privada, siempre un Ayuntamiento puede converger por el interés general en favorecer el desbloqueo de su uso, cuando además hay numerosas franquicias que no encuentran lugar en el que ubicarse, o nuevos equipamientos para todos. La apertura de dos hoteles en la zona, como el Eurostars Azahar en Garcia Lovera o la inmediata del Palacio de Colomera en Tendillas, junto a la apuesta de algunas firmas de moda masculina, son un apoyo a este proceso de un gran centro comercial abierto e integrado. Esperemos que el equipo de gobierno salido de las urnas sea sensible a esta situación y aproveche todo el potencial que para el crecimiento económico y la generación de empleo tiene una decidida actuación por la apuesta en valor del Centro de la ciudad.

* Abogado y mediador