La ciudadanía española necesita urgentemente un apoyo informativo/formativo de aspectos capitales que no se entienden. No se puede exigir al pueblo que responda adecuadamente a las ofertas políticas y valore bien a los políticos sin estar informado. Incluso algunos partidos se basan en la ignorancia de la ciudadanía y ofrecen promesas irrealizables en sus campañas.

Es muy difícil de entender la obcecación y enrocamiento del PP y Cs con Cataluña, que no ayuda en nada a una solución a medio-largo plazo, porque la del corto plazo es imposible. Tampoco se entiende la obcecación del Govern Catalá de provocar permanentemente al Estado siguiendo las instrucciones de Puigdemont al títere de Torra, que no ha presentado ningún proyecto de ley al Parlament ya que su misión es la guerra («atacar al Estado»). Esta frase no es relevante si la dice el que suscribe, pero es gravísima en boca de un presidente de la Generalitat ya que incita directamente a los independentistas violentos, como los CDR, a realizar actos vandálicos que tienen bien organizados. El Gobierno increíblemente justifica esta aberración («Es solo una frase») por la aritmética de los votos en el Congreso. Los independentistas chantajean al Gobierno, que fue elegido con una completa mentira («No hay compromisos con nadie») como punta del iceberg. La masa oculta del hielo se puso rápidamente de manifiesto con el increíble apoyo del PSOE a los presupuestos del PP por exigencia del PNV y el traslado de políticos presos a cárceles catalanas; el traslado de presos vascos está al caer. El pueblo no entiende la falta de trasparencia en la elección del presidente apoyado por un conglomerado de partidos contra natura.

El prometido sueldo universal a todos los españoles es un incentivo a no trabajar y a la economía sumergida. Los ciudadanos con una mínima formación saben que es un engaño por su inviabilidad ya que no se especifica de dónde van a salir los fondos. Es muy difícil de entender/justificar el cambio de domicilio de los diputados Montero e Iglesias, que ha supuesto un desvío ideológico clave por lo alejado del espíritu del movimiento 15 M, su punto de arranque. La encuesta interna no avala esta decisión. Se asemeja al comportamiento de algunos mandatarios de América del Sur, algunos de los cuales son muy afines a ellos.

En el grave problema de la migración no se entiende cómo no se pueden neutralizar las mafias africanas que se lucran y son permitidas por las pertinentes autoridades que presuntamente se lucran sustanciosamente con la trata de personas. El comportamiento del actual gobierno es simplemente gestual. Lo del Aquarius fue una operación bochornosa de marketing y no una solución política al problema. Ahora se realiza una «devolución en caliente» en Ceuta de más de cien migrantes en contra del criterio de muchas ONGs advocando un acuerdo Marruecos-España de principios de los años noventa. Esos bandazos dejan atónita a la ciudadanía, como la «agenda cultural» del presidente que precisa un Falcón del ejército español para asistir a un concierto. Todavía no se sabe lo que ha costado al pueblo español. La falta de claridad es dolorosa para la ciudadanía de bien.

El ciudadano no entiende que nuestras leyes (ej. Código Penal) no se modifiquen en aspectos que darían más credibilidad al Estado español. Así, es incomprensible que no se exija a los corruptos, al ser juzgados, la devolución completa de lo defraudado antes de salir de la cárcel; ahí tenemos a Luis Roldán, que vive opíparamente de lo robado. En contra de la Constitución, los españoles no somos tratados por igual ante la ley; el trato de favor a Undangarín es escandaloso. Tampoco se entiende que las leyes no sean mucho más contundentes con la lacra del machismo y la violencia de género.

Seguro que me he dejado en el tintero otros aspectos fundamentales no comprendidos por la ciudadanía. El Estado debe estar a su servicio. Desde aquí reclamo honestidad, trasparencia, coherencia y respeto al pueblo español. Basta de mentiras, medias verdades y demagogias.

* Catedrático jubilado de universidad