El sábado 16 de junio ingresé en Cruz Roja por urgencias. Una fuerte subida de tensión me situó al borde de la muerte. Tras varios días en la UCI y en convalecencia hoy estoy fuera de peligro, intentando reponerme. Tanto el equipo médico dirigido por el doctor Jiménez Doménech como el conjunto de enfermeras y auxiliares que he tenido el placer de conocer estos días han sido un ejemplo de eficacia profesional y calidez en el trato humano, combinación que no es fácil de encontrar.

Para una persona de mi edad, (89 años) y tras el fuerte impacto recibido son vitales las muestras de afecto y calor humano recibidas. Ayer abandoné el hospital, y hoy quiero dejar constancia de mi agradecimiento y el de mi familia, porque lo que no se expresa públicamente acaba desapareciendo. Cuando las malas noticias nos rodean es de justicia reconocer el trabajo de tantos buenos profesionales que se dejan la piel cada día salvando vidas y transmitiendo esperanza. Agradecida para siempre.