El pasado 6 de los corrientes se consumó la tropelía derivada de la soberbia del tándem perdedor Ambrosio-García: el cambio de rótulo de la calle José Cruz Conde. Y ello a pesar de que en más de cuarenta años de gobiernos locales ni el PCE ni IU perdieron el tiempo en cosas de la memoria, al parecer, histórica y democrática. Sin embargo en dicha calle continúan cinco puntos que mantienen la tradicional denominación, lo que confirma que Cruz Conde es y seguirá siendo Cruz Conde: Mercado «Cruz Conde-10» y Edificio «Cruz Conde-32». Los viandantes más observadores podrán descubrir los otros tres. Una pista: esquina con Tendillas y delante de la farmacia (Ud. está aquí). Otra: Placa premio europeo al Patrimonio 2015 por «Remodelación de la calle Cruz Conde en Córdoba-España». Gracias a las cortas luces del cogobierno saliente, la reposición del rótulo retirado la tienen a huevo los nuevos munícipes de Capitulares. Sería un buen regalo de Reyes. Por lo que no es conveniente cambiar señas personales y menos comerciales.

A los defensores de la «desmemoria» histórica y democrática conviene recordarles que hay una calle con el nombre de Dolores Ibarruri, y que con sus furibundos ataques fue instigadora del asesinato, en la madrugada del 14 de julio de 1936, de José Calvo Sotelo. Les remito al Diario de Sesiones de la del 1º de Julio, última en que intervino Calvo Sotelo ante el Congreso de los Diputados; siendo constantemente interrumpido por las mayorías socialistas y comunistas, sobre todo cuando habló de la situación del campo en Rusia. Vengan las querellas. Lo dicho: Cruz Conde sigue, Ambrosio no. García, de momento. Termino. Hasta aquí debo escribir. Que otros lidien con Cañero y Vallellano.