Aguilar de la Frontera sigue gozando de un tolerante y sobre todo un andaluz y tradicional rostro colectivo. Y si dicho perfil social cambia, debe ser a compás del tiempo, no de un día por otro por decisión de la política. Pues bien, por pura ideología, y sin contar con su pueblo, coge la alcaldesa de Aguilar y derriba una cruz de toda la vida. Dice que es la legalidad la que la obliga, pero eso es una chominá; la Ley de Memoria Histórica lo que pretende es recuperar historia que no se pudo reivindicar por intolerancia, así como retirar símbolos de propaganda franquista. Pero la Cruz de Aguilar ya era otra historia; esa Cruz ya no era lo que fue y ahora era lo que debe ser: un símbolo cristiano/ andaluz. Y punto. Entonces, si ya no era un símbolo de apología del Franquismo sino de pura tradición española, y si esto es tan evidente que no hace falta partirte los sesos para concluirlo: ¿Por qué una representante que se dice del pueblo mutila uno de los perfiles sociales de su pueblo? Es fácil. Pues porque algunos izquierdosos, los fanáticos, con pretexto de cumplir con la Ley de Memoria Histórica lo que están es en contra de la representación popular de las creencias religiosas de la gente como parte sustancial de la sociedad y cultura hispánica. Pero el folclore, o sea, el alma popular, no se cambia como el que se cambia de chaqueta. Es algo mucho más profundo. Tan profundo, que, en España, los políticos, todos, deberían creer una mihita na más en Dios si quieren representar al pueblo que gobiernan. Hoy por hoy, en el contexto de la tristísima pandemia que vivimos, esa cruz ya no era franquista, ni intolerante sino un bastión de la esperanza donde además murió un comunista mariano por defender a los pobres; pero un comunista de verdad y que por supuesto no tenía sueldo de fariseo. Me vienen muchos tristísimos interrogantes: ¿Cómo se le ocurre a esta señora derribar los sentimientos de tanta gente?, ¿de qué nos está salvando derribando la Cruz?, ¿conoce la obra social de Caritas?, ¿es que no sabe que la mayoría de los soldados republicanos rezaban por sus familias cuando estaban en el frente?, ¿en qué momento ciertos dirigentes de izquierda decidieron que las tradiciones populares fueran patrimonio de la derecha?, ¿ nunca ha visto la alcaldesa de Aguilar en Semana Santa a esas madres de barrios populares descalzas detrás del Cristo? Hay políticos con más cara que el Santo la Rambla simulando conocer muy bien a los barrios cuando les faltan vivencias para entenderlos y por tanto gobernarlos. Así que mando este mensaje a la alcaldesa de Aguilar: Anda, madre, corazón mío, clava esa cruz de nuevo. Clávala un poco más a la izquierda y así no será Franquista y no irá contra ninguna ley. Tú te quedas contenta y tu pueblo tranquilo. Pero por favor, no frivolices más con Andalucía.

* Abogado