En 1864 el gobierno presidido por Narváez encargó al Ramo de la Guerra la Cría Caballar nacional. Se cumplen este año, con la excepción del tiempo transcurrido durante el sexenio democrático y buena parte de la segunda República, 125 años desde que el Arma de Caballería del Ejército se hizo responsable de todo lo concerniente a la producción y mejora del caballo en España.

La toma de aquella decisión política se debió entre otras a las siguientes circunstancias: a) tras la guerra con los franceses, se produjo un descenso numérico alarmantemente en la cabaña caballar nacional; b) esta escasez de caballos se vio incrementada tras la liberalización (1836) del uso del garañón y el consiguiente aumento de la producción muletera; c) ambos hechos, ocasionaron el desabastecimiento del Ejército para la reposición de caballos de sus regimientos; d) ante estas dificultades, el Arma de Caballería creó (1851) cuatro Establecimientos de Remontas, donde tras la adquisición de potros de corta edad se recriaba a estos para el posterior abastecimiento militar. Así pues, dada la constatada pérdida de calidad del caballo nacional de la época, el éxito y buen funcionamiento de las Remontas y también el hecho que la mayoría de los gobiernos de Isabel II estuvieran presididos por militares de alta graduación, llevaron a aquel gobierno a tomar la decisión de asignar las competencias de la Cría Caballar nacional, en contra de las naturales atribuciones de la Dirección General de Agricultura, al Ramo de la Guerra.

Bajo la dirección del Ejército, durante todo este tiempo, caben destacar las siguientes actuaciones: 1) se potenciaron la formación de depósitos de caballos padres y extendieron por toda la geografía nacional las paradas de sementales, mejorando con ellos los équidos de las distintas razas nacionales; 2) se creó la Yeguada de Moratalla (1893), que luego fue ampliada en otros territorios (Jerez, Écija, Lore Toki y otras) en forma de Yeguada militar; 3) se propició la refundación del caballo andaluz, así como la apertura (1912) del libro genealógico del caballo español; 4) se consiguió el cualificado caballo árabe de España, y un extraordinario caballo hispanoárabe; además, 5) durante buena parte del siglo XX, el ejército fue el principal consumidor de los caballos producidos en Andalucía y Extremadura, dependiendo por ello los beneficios económicos de estos ganaderos de sus comisiones de compra; en definitiva, 6) los militares fueron los principales mantenedores del caballo nacional hasta la mitad de la década de los sesenta del pasado siglo.

Los últimos 45-50 años, la cría caballar ha seguido otros caminos, pues fueron los propios ganaderos los encargados de la mejora y explotación de sus caballos, y en 2004 la ANCCE se hizo cargo del libro genealógico del caballo de Pura Raza Española. No obstante, a pesar de que el Ejército para esta época ya no era consumidor de caballos los militares mantuvieron su yeguada y potenciaron el funcionamiento del laboratorio donde filiar (testaje de paternidad), primero mediante grupos sanguíneos y mas tarde por ADN, los productos obtenidos por los ganaderos del caballo español.

Así pues, durante estos 125 años el Arma de Caballería del Ejército, auxiliado por el cuerpo de Veterinarios militares, ha desempeñado un cometido trascendental para la economía y desarrollo de la ganadería española, realizando esta labor de forma encomiable y fructífera. Procede, por tanto, ahora aprovechar esta efeméride sobre la asignación de las competencias de la Cría Caballar nacional, para reconocer a los militares públicamente la labor realizada en la mejora y producción equina nacional, y homenajear al Arma de Caballería por estos más de cien años de dedicación a la cría caballar española.

Además, para el mando militar Córdoba siempre ha sido la primera y la provincia más beneficiada de sus actuaciones. Pues aquí existió hasta 1995 uno de los mas potentes depósitos de sementales de España (la mayoría del tiempo ubicado en Caballerizas Reales); en Córdoba, se fundó el primer Establecimiento de Remonta, y prosperó la primera yeguada militar (Moratalla), se constituyó el Centro de Instrucción y Doma Alfonso XII (luego cuartel de Lepanto, construido en su día para el funcionamiento de dicho centro), y a partir de 1970 se puso en marcha el Laboratorio de Grupos Sanguíneos. Por tanto, Córdoba debe liderar este merecido «reconocimiento». Para empezar la Universidad el día de Santo Tomás está preparando el primer homenaje. Ayuntamiento, Diputación, ganaderos y colectivos ecuestres provinciales no deben ser ajenos a esta y otras iniciativas y celebraciones.

* Veterinario