No puede decirse que a la jefa de la Policía de Londres le esté dando buen resultado su estrategia de control de la ciudad. Medio centenar de homicidios en lo que va de año en la capital de Reino Unido, muchos de ellos cometidos por bandas callejeras, es una estadística que debería provocar la urgente adopción de medidas. Por contra, la comisionada de la Policía ha optado por relativizar los datos.