Esta vez las encuestas han acertado en sus pronósticos, y se confirman sus estimaciones. El PSOE es el partido más votado (28,04%) y con más escaños en el Congreso de los Diputados (120), pero ha perdido tres escaños con respecto al 28-A; el PP ha subido en votos (20,8%) y escaños (87) y se mantiene como segundo partido parlamentario; Unidas-Podemos reduce su peso electoral al bajar a 35 escaños (siete menos).

Vox experimenta un espectacular crecimiento hasta alcanzar los 52 diputados (veintisiete más de los que tenía), que le coloca como el tercer partido del Congreso. La magnitud de su triunfo solo es comparable con el espectacular desplome de Cs, que ha perdido cuarenta y siete escaños, quedándose con solo 10 diputados.

Los partidos nacionalistas mantienen su peso electoral, con la novedad de la entrada de la CUP con 2 escaños. El nuevo partido Más País ha quedado muy por debajo de sus expectativas iniciales y con sus 3 escaños (uno de ellos de Compromis) no podrá formar su propio grupo parlamentario.

Ya habrá tiempo mediante los estudios postelectorales de descifrar las claves del voto en estas elecciones. Ahora, en esta noche frenética de resultados, solo cabe atisbar posibles escenarios.

La conclusión más evidente es que la repetición electoral ha servido de muy poco, salvo para encaramar a la extrema derecha de Vox, fragmentar el Parlamento y hacer aún más difícil la formación de un gobierno estable. Ningún bloque tiene mayoría suficiente para gobernar, y las posibilidades de apoyos entre bloques son muy escasas. Si tras el 28-A, Pedro Sánchez tenía varias opciones para superar la investidura buscando un pacto a su izquierda o a su derecha, ahora las opciones son más limitadas, y no dependen ya de él.

El PSOE no suma lo suficiente en el bloque de la izquierda (Unidas Podemos y Más País), ya que los 158 escaños que reúnen los tres partidos no alcanzan la mayoría para gobernar. A diferencia de las pasadas elecciones, el PSOE no tiene esta vez la opción de una alianza con Cs, ya que el desplome del partido naranja hace que sus 10 escaños sean insuficientes.

La mayoría que necesita Pedro Sánchez para gobernar va a quedar de nuevo a merced de los partidos nacionalistas vascos y catalanes, pero esta vez será más complicado. El del PNV será fácil de obtener, a cambio, como siempre, de cuantiosas concesiones económicas. Sin embargo, el de ERC no será tan fácil, ya que esta vez los secesionistas catalanes no los ofrecerán de forma tan generosa como en julio, sino que, ante la inminencia de elecciones en Cataluña, pedirá un alto precio por ello (compromiso de indultos, referéndum de autodeterminación…). De ahí que, por este lado, no parezca fácil que se logre un acuerdo ya no sólo de investidura, sino también para asegurar la gobernabilidad durante la legislatura.

No obstante, y haciendo de la necesidad virtud, solo cabe una posibilidad para evitar ir a terceras elecciones. Y es que el PP y Cs se abstengan en la segunda votación para que gobierne el PSOE, la lista más votada, con el argumento de facilitar la gobernabilidad. Pero me da la impresión de que, a diferencia de lo ocurrido en 2016 (cuando el PSOE se abstuvo sin pedir nada a cambio para que gobernara Rajoy), no será una abstención gratuita, sino condicionada en el marco de una «gran cooperación» (que no gran coalición).

Esas condiciones podrían pasar por exigir que el PSOE gobierne en solitario (descartando cualquier gobierno de coalición con Unidas Podemos) y se comprometa a alcanzar algún acuerdo programático de legislatura sobre la base de varios temas (por ejemplo, limitar el techo de gasto, poner límite a la subida de impuestos, reformar el código penal en asuntos relacionados con el delito de sedición, aplicar el artículo 155 si continuara la deriva secesionista en Cataluña...).

En resumen, las elecciones del 10-N nos presentan un Parlamento más fragmentado que antes y con partidos más polarizados en sus discursos y estrategias. Es un horizonte de gobernabilidad aún más precario, y que prevé una legislatura muy compleja y de corto recorrido.

* Catedrático de Sociología IESA-CSIC