El milagro de Los Pedroches. Así se podría tildar al gigantesco impulso de Covap después de muchas centurias de trabajo improductivo del agro del norte de la provincia. En el presente año se cumple el aniversario de la fundación de una cooperativa que ha transformado esta tierra. La gesta se produce en 1959 (enero y mayo; aunque deviene de uniones precarias anteriores), cuando un reducido grupo de ganaderos se asocia para alcanzar elevados objetivos. En la constitución formal se constatan, sorprendentemente, elevadas pretensiones que trascienden con mucho la dimensión alicorta de la leche: instalaciones frigoríficas y fabricación propia de productos derivados; matadero; piensos y mezclas; lavadero de lana, etc. Elevados ideales de quien inicia una empresa, en un ámbito geográfico marginal, que se convertirán en realidades impensables. Un emporio económico del sector con una fuerte dosis de transversalidad económica. El trabajo constante y la adecuada orientación del modelo cooperativista convirtieron el sueño en realidad.

No era cosa fácil. Covap camina por senda firme desde el principio, prodigando esfuerzos de crecimiento subsiguientes (fábricas, piensos, matadero...), desarrollo económico atinado, renovación constante, modernización e innovación a espuertas.

El éxito de la industria láctea se encuentra en varios factores asociados. El pilar fundamental es el esfuerzo y abnegación de los hombres y mujeres del campo, que han sufrido como nadie los desaliños del tiempo y de la Historia; ellos han soportado las inclemencias de la tierra, de los precios, cuotas y otros tantos desvaríos, apostando fuerte sin embargo por las mejoras de instalaciones, modelos productivos y economía de mercado. Ellos son los auténticos protagonistas de la eclosión de la empresa, que prevalecen como testigos invisibles, pero sostienen con su esfuerzo diario la materia prima de dicha industria. Obviamente, con esto no basta. La corpulencia industrial y productiva deviene de otros factores. En ello han estado, con altura de miras, hombres avezados y honestos como el primer presidente (don Ricardo Delgado Vizcaíno) y cuadros técnicos, que han sabido interpretar las potencialidades de la comarca y el crecimiento empresarial con sectores afines y trasversales. Leche, piensos, carne. Aprovechando las sinergias posibles para potenciar la producción y comercialización (sectores de transportes, mercados, etc.). Especial notoriedad tiene en esta empresa y su despliegue la mirada firme hacia el futuro sobre pilares de mejora, renovación, e innovación; apostando por la calidad (desde el origen, como reza su lema), naturaleza y sostenibilidad del medio. Esenciales son los esfuerzos de sus técnicos y laboratorios, la innovación constante en instalaciones y modelos de comercialización; la constancia en convenir con la Universidad y creación de centros de investigación. Véase pues, materia prima, modelo productivo, innovación y proyección de futuro.

La Covap se proyecta hoy en día hacia un mercado global que constata la bonanza de la empresa, y su modelo cooperativista, en un mundo de fuerte competencia.

El resultado de la Covap en Pozoblanco y comarca es completamente satisfactorio. No puede hacerse una valoración simplista de un desarrollo industrial envidiable. La empresa láctea ha propiciado el lanzamiento de los sectores esenciales de la tierra (leche, carne) y el crecimiento económico de la región, pero supone especialmente la recuperación de un sufrido sector agrario que tradicionalmente ha sido soporte existencial en condiciones de máxima precariedad. En el mismo tenor cabe hablar de su capital social, con una nómina ingente de trabajadores en todos los procesos (transportistas...) de los pueblos de la comarca. En términos culturales, Covap deviene en réditos con infinidad de gestos (conferencias, jornadas técnicas) que enriquecen el panorama sociocultural a través de su fundación Ricardo Delgado Vizcaíno (dirigida por D. Santiago Muñoz Machado).

No son loas aduladoras --del todo innecesarias-- las que hay que dar a esta cooperativa de Los Pedroches, sino felicitaciones sinceras por una trayectoria plagada de éxitos. Los de los hombres y mujeres de la tierra, que han sabido gestionar finalmente sus recursos para generar una proyección satisfactoria de futuro. Enhorabuena.

* Doctor por la Universidad de Salamanca