Cosas que a nadie le importan, pongamos Venezuela, dijo en sede del PSOE la súper ministra Calvo y por detrás se oyeron las risitas complacientes del auditorio pelota. Y lo malo no es solo que lo diga, que lo es, sino que pretenda convertir en obligación lo que solo es una posibilidad. La ministra pretende decidir que a nadie deben importarle las cuarenta maletas que la señora Delcy se trajo de Venezuela y acabaron en su embajada, que eso es solo cotilleo vil pues es todo de lo más normal y buscarle irregularidades a que una dama cuya entrada está prohibida en la UE aterrice en Barajas y se entreviste ya no se sabe cuántas veces con un ministro oscuro que ni siquiera es el de Exteriores, es buscar de modo irresponsable la confrontación y eso, en palabras de Calvo, es lo que hace siempre la derecha. Lo malo para ella es que sí importa aclarar el extraño comportamiento del Gobierno español porque este tiene el deber de ser transparente. Lo malo para nosotros es que se nieguen a cumplir con ese deber.

La prueba es que a esta tesis se abona también la prestigiosa y antaño amable ministra de Exteriores, regañona ahora con los periodistas cuando le preguntan esas memeces de cómo es posible que Guaidó sea a la vez presidente encargado y jefe de la oposición. Que es que son unos pesados estos curiosos, entretenidos en la postura de un país democrático que encima es el nuestro, con otro, hermano, con el que guarda un vínculo especial y esas naderías de si allí se respetan o no los derechos humanos y se aporrea en el aeropuerto al encargado o lo que sea nada más aterrizar, que qué pesadez.

Lo que verdaderamente debe importar es el franquismo, aunque sea para prohibirlo, que eso sí que tiene a la gente loca. Importante es también el IBI de la Iglesia, la derogación de la justicia militar, los padres y madres machistas contra los que luchará siempre el gobierno progresista y la defensa de todos los colectivos que sufren por la grandísima culpa de la derecha. De todos salvo del pueblo venezolano. Bueno, y los terratenientes carcas.

* Profesora