Mucho antes del nacimiento de Jesús aquella noche en Belén, nacimiento que en pocos días celebraremos (a ver quién no lo celebra con independencia de la fe que tengamos, lo que nos llevaría a plantear cuánto queda de celebración real del nacimiento de aquel niño y su significado y cuánto de banalidad, consumismo, o simple tradición desasida de fe), mucho antes de aquella noche, en la que el contador de la era cristiana se puso a cero en pleno Imperio Romano (en pocos días llevaremos desde aquel nacimiento 2.020 años), ocurrieron tantos otros acontecimientos que siguen marcando nuestra historia y su pasado para siempre y por siempre por Roma.

Roma y la romanización todo lo puede y todo lo adelantó y hay hasta quien dice en mi casa que para qué viajar donde no hayan pisado los romanos. La civilización romana se extendió desde siete siglos antes del día que nació Jesús en Belén --y Herodes no era sino un simple vasallo de Roma en Judea--, hasta dos siglos más tarde, cuando se produjo la caída de Constantinopla a manos del turco en el 1453.

El Imperio romano fue el tercer periodo de la civilización romana, que pasó de la Monarquía a una Republica oligárquica y, finalmente, a un Imperio caracterizado por un gobierno autocrático que cayó a manos del infiel otomano.

No se si a ustedes, pero a mí todo esto me hace pensar si la historia no nos dará lecciones porque no hemos aprendido y tal vez por ello el karma nos obliga a volver una y otra vez y repetir los errores mientras no tengamos la lección aprendida.

Corduba, o lo que es lo mismo, la Córdoba Romana, desde que fue fundada por el general Claudio Marcelo lo que es, nuestro vino, el mejor aceite y las piedras que pisamos nos hacen ser lo que somos y lo somos sin necesidad de que venga National Geographic a descubrirnos.

La otra noche estábamos todos expectantes ante el tan anunciado estreno del programa dedicado a nuestra Córdoba romana. No sé en qué media me sitúo, pero debo decir que nada, o muy poco, me descubrió ese señor de la gorra con acento latino, que no paraba de anunciar descubrimientos que nunca llegaron. Muy por encima estuvieron nuestros representantes de la Universidad, de nuestros museos, del Cabildo o de Medina Azahara, que brillaron a su lado con luz propia. Así que si estuviera en el circo Romano, leones incluidos, «verso pollice», o pulgar al revés, para el foráneo gladiador.

* Abogada