Aunque su momento estrella sea la primavera, y en concreto el mayo florido, un chascarrillo habitual de los cordobeses es decir que «Córdoba tiene tres estaciones: la del invierno, la del verano y la del tren». Responde esto al calor que se vive en meses del año que deberían ser más suaves y lluviosos, pero que, al tiempo, forman un otoño veraniego y una primavera estival muy atractivos al visitante. Ahora vamos a tener, certificadas oficialmente, cuatro estaciones, al menos en el calendario turístico, pues ese es el objetivo defendido por las instituciones y el sector en Fitur: Córdoba, la ciudad de las cuatro estaciones, que adapta su oferta turística a los doce meses del año.