Terminada la feria, y por tanto lamentablemente la temporada taurina en Córdoba, toca analizar la situación a la que nos ha llevado la nefasta gestión que ha realizado, realiza y me temo realizará, el consejo de administración de la Sociedad Propietaria del Coso Los Califas. El empecinamiento en mantener directamente la plaza por la propiedad, cobrando un importante canon a la empresa taurina, y otro a la que explota los conciertos y otros eventos no taurinos, abandonando la idea de unas exigencias taurinas a dicha empresa, nos ha llevado a esta lamentable situación.

En Córdoba se dan muchos menos espectáculos taurinos que en el resto de plazas de primera categoría, pero lo malo es que una veintena de plazas de segunda categoría también dan más espectáculos taurinos que nuestra ciudad, y lo peor es que alrededor de 15 plazas de tercera categoría también nos superan en número de espectáculos taurinos mayores. De esos más de cuarenta núcleos de población, entre capitales y pueblos, solo Sevilla y Madrid pueden compararse con Córdoba en historia taurina.

Como socio propietario y aficionado llevo, desde hace 7 u 8 años planteando al anterior presidente del Consejo de la Propiedad y a miembros del actual, que es imprescindible cambiar la estrategia y con ello la empresa taurina, cuyo interés por el Coso de Los Califas no va más allá de «apuntarse» en el curriculum la gestión de una plaza de primera categoría, para concursar a la gestión de otras plazas. A La FIT le importa tres pitos Córdoba, su plaza y su afición. Este año lo ha hecho tan mal, que más bien parece que lo ha hecho queriendo, para justificar, o su salida (termina la prórroga este año), o una rebaja en el canon.

La Propiedad debe elaborar un pliego de condiciones con una serie de exigencias de carácter taurino, como desconcentrar espectáculos en feria, aprovechando también Semana Santa, los Patios y septiembre para espectáculos mayores y verano por la noche para otros espectáculos como becerradas, concursos de recortadores, capeas etc. A cambio no debe exigir canon, teniendo que mantener la plaza la empresa adjudicataria, a la que también se le debe conceder la capacidad de subcontratación de espectáculos no taurinos (habrá que esperar 2 años, dada la torpe adjudicación que se hizo en 2017 por 5 años), para mejorar el resultado económico.

Dado que prácticamente se ha perdido la afición en Córdoba, hay que crearla partiendo de cero. Es por ello que la adjudicación a la empresa taurina debe hacerse por un amplio periodo de tiempo, fraccionable en subperíodos sucesivos, incrementando, progresivamente el número de espectáculos en el desarrollo temporal de dicha adjudicación.

Así mismo hay que dotar al Coso de Los Califas de una personalidad que no tiene, y en este sentido hay dos cuestiones determinantes: por una parte bajar la categoría de la plaza a segunda, ello rebajaría significativamente los costes de las corridas, y por otra dotar de un carácter torista a la plaza, habida cuenta de que sería la única plaza de Andalucía con esa personalidad, y que en Córdoba tenemos dos de los encastes más antiguos, me refiero a Saltillo y Santa Coloma

En definitiva, en la gestión que haga la Propiedad deben primar los elementos taurinos y no los económicos, porque el abandono de los primeros puede conllevar la pérdida de los segundos, sin perder de vista que el uso principal de la plaza es el de espectáculos taurinos, y no de bodas, comuniones, conciertos y cabarets, y siempre teniendo en cuenta que pese a que la titularidad del Coso de Los Califas sea privada, prestamos un servicio público.

* Investigador taurino