Por las mañanas de la Córdoba de los Tartessos ves cómo cordobeses de la época de San Rafael escalan las colinas del Parque Cruz Conde donde se asienta la historia de esta ciudad desde sus orígenes. Allí puedes ver caminar a Juanito Mohamed, el que inventara los pinchos morunos en Córdoba y que todavía ofrece en la calle Marruecos de Ciudad Jardín, siguiendo los pasos marcados por Carmen Calvo, que por aquí hizo deporte mañanero como consejera de Cultura y ministra del mismo ramo, aunque no la he localizado como vicepresidenta del Gobierno de Sánchez. Y hasta que te encuentras a Perico Campos, que sigue yendo muy a menudo, contemplas cómo este espacio de la historia local está lleno de amantes de la torería, que ensayan su puesta en escena, de púgiles en busca de cancha y de equipos de baloncesto y fútbol que entrenan a contracorriente de los malos tiempos. No sé si el Córdoba CF del empresario de Montoro José León como presidente, y Rafa Navarro como entrenador, habrá hecho ejercicio alguna vez en La Colina de los Quemados, donde la ciudad suele ir a moverse para conseguir movilidad, cintura, buen peso y belleza pero no estaría de más que aligerase espesor y buscara futuro en esas colinas ciudadanas a donde acudieron nuestros antepasados Tartessos cuando estaban buscando el futuro. El Córdoba CF juega esta tarde de sábado, 2 de marzo, a las seis, en el estadio del Arcángel frente al Málaga. El público suele llenar canchas y acompañar al equipo en los desplazamientos. Por eso sería como una sorpresa que el Córdoba CF asumiera como la mejor actuación del momento que el equipo se creyera que está en Málaga, como una tarde de verano en la playa de Torremolinos, Benalmádena o Fuengirola, donde se le va todo complejo de inferioridad y se comporta como un futbolista que puede ganar en cualquier estadio. Y es que llega un momento de tan mal fario para el Córdoba CF que te ves en la obligación de recurrir a las meigas, aunque no creas en ellas, para ver si se consigue el milagro de la salvación. Porque eso de perder el partido todos los fines de semana, después de empezar ganando, se convierte en drama.