El Córdoba CF ha superado el primer cuarto de la temporada inmerso en la peor de los pesadillas que podía esperarse una afición que arrancó la Liga con las eufóricas expectativas de una pretemporada invicta que había levantado castillos en el aire. Sin embargo, a día de hoy el equipo blanquiverde cada semana que pasa acumula un nuevo récord histórico negativo a su colección. Desde su fundación en agosto de 1954, sólo el Córdoba de la temporada 1968/69, que sufrió el descenso a Segunda tras un ciclo de siete temporadas consecutivas en Primera, era más vulnerable que el actual. Aunque queda mucha Liga por delante todavía, el Córdoba tiene que reaccionar más pronto que tarde. Una buena racha de resultados no solo conllevaría la cifra de puntos que saquen al conjunto de los puestos de descenso en los que ha caído en barrena después de tres derrotas consecutivas, el cambio de estado de ánimo además serviría para aliviar la tensión social que se palpa en la grada en cada partido que se disputa en el estadio de El Arcángel. El Córdoba CF necesita verse arropado por una afición que ha demostrado con ejemplos sobrados y en situaciones extremas que se encuentra entre las más leales del panorama futbolístico español, pero también tiene que ver recompensada su incondicional entrega con satisfacciones. En manos de la propiedad del club está reaccionar también para que el Córdoba CF siga siendo un equipo muy vivo.