No voy a tratar de los contertulios o tertulianos de la televisión y otros medios, vociferantes muchos, informados algunos, repetitivos ad nauseam otros, ofensivos algunos e inofensivos la mayoría.

Voy a tratar de los componentes de nuestras tertulias o de las tertulias próximas, hoy que acabamos de enterrar a Paco Pérez Victoria, coronel retirado y contertulio diario y ejerciente, por esta condición, que ostentaba en grado ejemplar.

Las tertulias del café y del vino son en esta Córdoba nuestra positivas y algo digno de disfrutar. Aunque en muchas hay un forúnculo, ese que no deja hablar a nadie y que cree saber más que los demás se hable de lo que se hable. Un amigo --no obstante-- no me dejó despegar los labios cuando en una tertulia, en la que además él no era habitual, salió como tema de conversación Antonio Gala, solo por el hecho de que había sido compañero suyo en algunos cursos de bachillerato. Ni siquiera pude argüir que también había sido mío, solo que conmigo también lo fue en le facultad de derecho, en la revista del campamento de milicias universitarias de Montejaque, en la revista madrileña Arquero de Poesía, que codirigimos con Gloria Fuertes y Julio Mariscal, que yo fui uno de los proponentes para su ingreso en nuestra Real Academia, etc. etc.

He aquí un requisito indispensable para ser un buen contertulio: saber escuchar, incluso teniendo paciencia cuando la historia es ya conocida; porque en toda reunión hay historias como el Guadiana, que reaparecen de vez en cuando.

Luis Chavero suele recomendar «como en el teatro, de uno en uno». Y así debe ser. Cuando varios hablan a la vez es algo tan feo como cuando una persona habla sin dejar de comer, masticando. Elemental, querido Watson.

Todas las tertulias perviven si en ellas hay alguien que tiene constancia, que aglutina, que aguanta bien cuando son varias las ausencias e incluso ese mal día que solo está él para ocupar la mesa reservada.

En una de mis tertulias ese alguien ha sido muchos años Paco Pérez Victoria. Ha tenido como contertulio todas las virtudes dichas y otras muy convenientes, como la de procurar evitar las flechas al ausente, como la de ajustar la distribución rigurosa entre todos de la cuenta común, como la puntualidad, de tal manera que ha sido muy difícil llegar una día a la reunión antes que él.

Sí; ha tenido el defecto importante de ser madridista, pero ojo, él ha sido uno de esos buenos madridistas capaces de elogiar a Messi como mejor jugador de todos los tiempos. En fin, termino estas breves líneas con el estribillo de una conocida canción: algo se pierde en el alma cuando un amigo se va.

* Escritor. Académico numerario de la Real de Córdoba