El incendio y destrucción de Notre Dame ha traído la preocupación sobre el estado del patrimonio en España, donde algunos monumentos muy visitados y con buenos ingresos cuidan al extremo el mantenimiento y la seguridad --la Mezquita-Catedral de Córdoba o la Sagrada Familia de Barcelona-- mientras otros sufren un deterioro que puede dar lugar a accidentes de graves consecuencias. No está mal una reflexión al respecto, pues el patrimonio histórico y monumental de España, Andalucía y Córdoba es apabullante, y muy difícil de preservar con los escasos fondos disponibles. En ese sentido, es acertado el anuncio de la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, de que la Junta va a revisar el estado de conservación y seguridad de los monumentos de los que es titular. Este debate ha venido a coincidir, en Córdoba, con el que se refiere al mantenimiento de los edificios de viviendas, que se regulará con una nueva ordenanza --así lo anunció el teniente de alcalde de Urbanismo, Pedro García-- dada la imposibilidad de aplicar la anterior. Se certificará el buen estado de los edificios, comenzando con los de la zona BIC y continuando según su antigüedad, pues muchos pasan del medio siglo. Razones de seguridad son suficiente argumento para esta nueva norma. Y para que el Ayuntamiento se proponga de una vez por todas hacerla cumplir, siempre procurando que no sea en exceso onerosa y compleja para los vecinos.