Entre los debates de la campaña electoral de las municipales del próximo 26-M ha destacado, en Córdoba capital, el impulsado desde la Red contra la Pobreza y la Exclusión Social, de la que forman parte 14 colectivos que conocen muy bien, pues lo trabajan, el día a día de ese 37% de la población en situación de pobreza o al filo de la exclusión que las estimaciones de organismos cualificados atribuyen a Córdoba. Es un porcentaje muy elevado como para pasarlo por alto, que incluye no solo a familias tradicionalmente marginadas, sin empleo o formación, sino a esos nuevos grupos de «trabajadores pobres» a los que un empleo precario, o el subsidio que perciben, no les permite afrontar las necesidades vitales.

La Red convocó a los partidos que concurren a las elecciones municipales, que dieron cumplida respuesta con su asistencia y escuchando el decálogo que les fue presentado, con medidas referidas a la pobreza y exclusión, renta mínima, vivienda, empleo, género, infancia, fiscalidad, derechos humanos, educación y tercer sector. Los participantes, componentes de las listas que concurren al 26-M, expusieron las medidas que llevan en sus programas, especialmente las relativas a la vivienda. La vivienda digna es el principal requisito para que las personas que viven en situaciones de extrema dificultad económica puedan tener una evolución positiva. Un techo, luz y calor, agua para el consumo y el aseo... Son cosas tan imprescindibles que carecer de ellas empuja forzosamente hacia el abismo personal y social. Los partidos expusieron sus propuestas, desde los que están gobernando actualmente la ciudad, PSOE e IU, señalando las actuaciones realizadas contra los desahucios y para el fomento de las viviendas sociales, y el resto, desde el PP hasta Ciudadanos, Podemos, Vox, AxC, Andalucía entre todos y Por un mundo más justo avanzaron medidas específicas de sus programas.

Hay mucho por hacer. El plan de las Palmeras, que se pondrá en marcha tras su recientísima aprobación por el Pleno del Ayuntamiento, puede ser una inspiración para otros barrios excluidos (Córdoba tiene tres catalogados por el INE entre los más pobres de España), pero es evidente que cualquier actuación requerirá de dotación presupuestaria y de apoyo de varias administraciones, pues el problema supera las competencias del Ayuntamiento. Combatir ese 37% de pobreza requiere acciones conjuntas y transversales, entre las que la educación ocupa un lugar primordial, tanto en la escolarización infantil como en la formación para el empleo. Sea cual sea el resultado electoral, el compromiso contra la pobreza debe ser de la ciudad de Córdoba y de todos los partidos políticos. Ese sí es un compromiso electoral que vale la pena asumir.