Ha muerto Antonio Cortés Pantoja, Chiquetete, y quizá su fallecimiento sirva para recordar al artista que fue antes de que trascendiera su condena por malos tratos a su esposa y se convirtiera en personaje de las peores escenas de la prensa del corazón. Hasta su sepelio se ha convertido en un desagradable vodevil, en el que los vivos no dejan a los muertos descansar en paz, y hasta se preparan para los ingresos que recibirán yendo a los «platós» televisivos a contar hasta la última de las miserias. Atrás queda una carrera como cantante con grandes éxitos: quizá de no saber gestionarlos nacieron sus dependencias y deplorables comportamientos. Muy triste.