En Ucrania, por facilitar un ejemplo, las casas permanecen ventiladas, mediante dos pequeñas ventanitas, ubicadas en extremos opuestos del inmueble, abiertas todo el invierno, con la calefacción a tope y hasta --35 en el exterior. Me cuentan que en España, en 2020 y gracias a una fórmula matemática del CSIC, nos van a enseñar el concepto «ventilación»... España, país de sufrientes obedientes, penitentes. Tooodo el mundo cargando con un pesado armario en la chepa, y al primero que lo deja en el suelo: «ah, mira ese, que le gusta disfrutar de la vida, ese i-rres-pon-sa-ble». A pie de calle es así, y lo sabéis todas. Por tradición. La más rancia inquisición reside aquí: «vamos a quemar brujas sin mascarilla. Esas putas». Ay, las santas penitentes, que caminan por el sendero y la vereda de la avenida, con sus mallas, ejercitándose al atardecer, bozal bien atado porque, como dicen algunos viejos: «esto es algo que han echao en el aire». A España le gusta contar fallecidos y casos, bañarse en la sangre de los muertos y expresar: «oh, cuánto dolor». España, nación de plañideras, que gracias a una fórmula matemática, aprenden a abrir ventanas dando gracias a Dios, la Virgen y la Tecnología: no olvides rezar a tu proveedor de Internet al toque de retreta.

A la España profunda, cerrada y oscura le va el encierro, el miedo, el dejar para mañana. Ahí somos especialistas: mañana, mañana. Y que vengan los fondos europeos, la paga, la ayuda. Si hay que sufrir y cargarse con el armario de la represión y el silencio para evitar la multa, se sufre. Hay quien dice «ni con Franco». Yo iría más lejos: ni en la Edad Media, señoras. Tecnomatemática primitiva para abrir ventanas, llevarse la cuchara a la boca o limpiarse el culo. Me encuentro atónito, bloqueado, no me lo creo, pero es verdad. La neurosis generalizada comienza a tocar niveles muy peligrosos. La obediencia loca, fundamentada en la tragedia, coloca a España a la cola del intelecto mundial. Para mi sorpresa, el resto del planeta toma ejemplo. ¡Psicoanalízate ya, España, abre las ventanas y expulsa tu apestosa herencia!