Otro año más me dedico a escribir unas palabras para este periódico que, según dicen, pertenece a todos los cordobeses. Y lo hago expresamente para expresar mi rabia y dolor.

El 28 de septiembre, fecha muy dolorosa para mí, hace once años de la muerte de mi hermana Soledad Donoso Toscano. Me imagino que, como hace tanto tiempo ya, no os acordaréis de quién es. Pues bien, yo os lo voy a decir:

Soledad es la muchacha que encontraron muerta junto al río, que trabajaba en el "Oh La La". Desde entonces no hemos sabido nada de su asesino ni de las causas de la muerte, y por lo que vemos, la policía no está dispuesta a hacer absolutamente nada.

Yo pienso que es un caso demasiado difícil para ellos y se les escapa de las manos, o, por el contrario, no quieren que se sepa la verdad de lo ocurrido.

De parte de toda la familia y amigos pedimos justicia para que el alma de mi hermana pueda descansar en paz; y pedimos también que los responsables del caso realicen su trabajo como debe ser para que, de esta forma, se sepa toda la verdad y se coja al culpable, porque, señores, os hago saber que un asesino anda suelto, y que cualquiera de sus hijos puede ser el próximo.

Muchas gracias por perder unos minutos de su valioso tiempo leyendo estas líneas. Os ruego que si está en las manos de alguno ayudarnos que, por favor, se ponga en contacto con la familia. Mi hermana, desde el cielo, os lo agradecerá eternamente.

M.M. DONOSO TOSCANO