Una estrategia política es eficaz cuando su cumplimento lleva a un partido a sumar una mayoría parlamentaria y al Gobierno. La estrategia de crear el bloque de las derechas, con el lema “España Unida”, que se representó en la foto de Colón, se ha demostrado catastrófica tanto para Ciudadanos como para el PP. Solo Vox salió beneficiado de esta simbólica foto del bloque de las derechas.

La suma de las tres fuerzas políticas de derechas, ni da, ni dará una mayoría en el Congreso de los Diputados. Entre otras razones, porque un PP aliado con Vox le aleja mucho de los partidos nacionalistas que tienen una importante y clave representación en el Parlamento. Casado ha reparado en que Aznar consiguió llegar al Gobierno gracias a los nacionalistas catalanes y vascos, y que Rajoy en su segunda legislatura se apoyaba en el PNV para tener un gobierno estable y cuando le abandonaron perdió la moción de censura.

No obstante, esta estrategia fue útil para el PP en las autonómicas y en las municipales, y consiguieron formar gobierno con Ciudadanos y el apoyo externo de Vox, en las comunidades autónomas de Madrid, Murcia y Andalucía y en los ayuntamientos de Madrid y Córdoba, entre otros.

Por tanto, esta estrategia política del bloque de las derechas ha podido ser eficaz para las autonómicas y municipales, pero Casado se ha dado cuenta que no le facilita llegar a ser, en el futuro, presidente del Gobierno de España.

La intervención de Casado en la Moción de Censura de Vox ha sido una decisión importante para dinamitar, por fin, el bloque de las derechas. Lo ha hecho tarde pero lo hizo en el debate, enfrentándose cara a cara con Abascal y diciendo “hasta aquí hemos llegado”. Ya antes, rompió este bloque de las derechas Inés Arrimadas, quien desde que llega a la Presidencia de Ciudadanos abre puentes con Pedro Sánchez para alcanzar pactos de Estado necesarios en estos difíciles momentos.

Casado sabe que sin el apoyo de los nacionalistas tendrá muy difícil sumar una mayoría parlamentaria. Ha optado por dinamitar el bloque de las derechas, para acercarse al centro y contentar a la parte de su partido más moderada, pero también para facilitar puentes y entendimiento con las fuerzas nacionalistas no independentistas. También es consciente que en caso de necesitar el apoyo de Vox para derrocar a un Gobierno Socialista, los de la ultraderecha le apoyarán, aunque sea a regañadientes.

El presidente del PP a la vez que rompe con una estrategia fallida, e inicia una estrategia hacia la moderación, crea un problema en aquellas comunidades y ayuntamientos donde ha funcionado el bloque de las derechas.

No obstante, la ruptura con esta estrategia de bloques puede ser muy beneficiosa para España. El PP tiene ahora la oportunidad de apoyar los estados de alarma para abordar la lucha contra la pandemia del coronavirus, para renovar los órganos institucionales como el Consejo General del Poder Judicial, el Defensor del Pueblo o el Tribunal Constitucional, y para aprobar unos presupuestos que sean un auténtico revulsivo a la crisis sanitaria, social y económica.

Esperemos que Casado, por fin, también haya madurado políticamente hablando y que se haya convertido en un auténtico estadista, que priorice el interés general sobre los intereses meramente partidistas y de ambiciones de poder.

* Diputado socialista por Córdoba