Querido amigo: Nunca me tendrías que haber visto en el parque, nunca tendría que haber llorado, nunca me tendrías que haber escrito y, sobre todo, nunca, nunca tendría que haberte escrito yo. Pero no puedo volver para atrás la vida. A veces siento mucha rabia contra ti. Me estás obligando a lo que hace tiempo había renunciado por tal de aguantar mi matrimonio. Hasta llegué a creer que soy libre, pero ahora veo que no soy libre ni dentro de mí, porque no quiero tener conciencia de que sufro. Yo creía que era libre porque iba sola a las compras, a resolver problemas. Pero he visto que lo que creía libertad es soledad, una soledad hasta en lo que pienso. He sentido mucho miedo al ver que me han quitado la persona. Alguien ha entrado dentro de mí, ha arrancado mi persona y me ha sustituido poniéndose en mi lugar. Y ahora ese alguien me va a quitar la vida. Ya me estoy notando señales. Duermo mal, como poco, me deprimo y lloro mucho y a solas; y más, por la noche. Siento que me estoy portando mal con mi marido. Ya sé que tendría que vivir positivamente. Me lo digo muchas mañanas: «Tienes que ser positiva y valorar lo que tienes». Y pienso que estoy bien, que mi marido tiene cosas buenas, en ser feliz con lo que tengo. Pero no soy feliz. No quería reconocerlo. Estoy segura de que esto les pasa a muchas mujeres. Es esta negación profunda de nosotras mismas, de lo que podríamos desarrollar. Yo sé que tengo una gran capacidad de vivir y ser feliz, porque no he sido siempre así. Cuando tenía quince, veinte años, yo era una mujer emprendedora; me gustaba mucho leer, hacer planes, viajar. Todo lo vivía muy hasta el fondo, con muchos sentimientos y emociones. Por eso no sé cómo he llegado a todo lo contrario. Ha sido paso a paso, como dos vías del tren que se van distanciando. Pero me he propuesto salir de nuevo a mi libertad. Ya no tengo más remedio. Una vez empezado este camino, por más que me cueste, si pienso en volverme para atrás, veo que ya no quiero, que estoy harta, porque sé lo que me espera. Para qué voy a engañarme más. Estoy sin energía, pero no soy una estúpida.

* Escritor