Con el dinero de los bancos fue Lehman Brothers la primera compañía que quebró de manera total el 15 de septiembre de 2008. Ahora, con las casi obligatorias perspectivas turísticas de los fines de semana, el grupo británico de viajes Thomas Cook ha cesado sus actividades el pasado lunes 23 de septiembre tras ser declarado financieramente insolvente y dejar varados a 600.000 turistas. El año 19 del siglo XXI nos va señalando, poco a poco, por dónde va a tirar el mundo, ese tiempo que imaginamos en su día sin comidas, con pastillas para alimentarnos y con platillos volantes para desplazarnos. Por lo visto el cambio de estilo de trabajo --al menos en bancos y agencias de viaje-- es una evidencia tan fuerte que quizá los únicos que no la entendemos seamos los inmigrantes digitales, esos que nacimos en mitad del siglo XX y que no entendemos del todo cómo la vida puede ser solo Facebook o Twitter. Los bancos, en el siglo XXI, son oficinas sin gente que solo buscan que te apuntes a sus seguros. Y para encontrar el casi obligatorio mejor fin de semana ya no hace falta la clásica y humana agencia de viajes porque quienes son nativos digitales se buscan la vida en la red. Empezamos a sentir que el siglo XXI es una alternativa vital con la que no contábamos porque no nos habían preparado para ella a quienes nos educaron en el latín y el griego y fuimos inmigrantes digitales, o sea, básicos ignorantes en pantallitas de Internet. Pero como no hay que echarle la culpa de nada a nadie sentémosnos en nuestro pupitre, leamos en el ordenador y aprendamos a convivir en estos nuevos espacios del siglo XXI donde no sabemos quién manda en ellos. Por lo pronto, vigilemos las calles porque las bicicletas sin tino y los patinetes sin reglamento están empezando a definir por dónde va a ir el siglo XXI: ya que los coches tienen sus carreteras, las bicicletas su carril bici, los patinetes la indefinición de su presencia y los perros los parques, reivindiquemos para el peatón un carril por el que pueda pasear y filosofar con un compañero, por si hiciera falta. Sin peligro de que te ladre un perro, que una bicicleta te arrolle y que un monopatín o un patinete sin reglamento te fastidien el fin de semana.