Sus estrategias para llamar la atención y no ser olvidado resultarían patéticas y objeto de risa de no estar en juego las instituciones españolas. Si hace unos días hizo circular que temía ser envenenado en Waterloo, ahora anuncia que PDCat no apoyará los Presupuestos del Estado, que aumentan considerablemente la inversión para Cataluña. Sus intereses están claros.