La vida está llena de historias. ¡Cuántas y qué bellas, cuántas y qué dramáticas! El universo es una historia gigantesca e inabarcable que nos pone los pelos de punta si la miramos desde abajo y nos sublima al máximo si la contemplamos desde arriba. Historias que se nos cuentan en los periódicos o que se nos ofrecen en imágenes en la televisión; historias con un final feliz o con un final de muerte y desolación. Una de esas historias, tan pequeña como tierna, puede llevar este titulo que le puso Lluis Serra: La cardióloga y el monje. La cardióloga, eminente médica e investigadora, acaba de conocer el resultado de las pruebas. Tiene un tumor pulmonar. Un diagnostico que, en pocas palabras, «te cambia la vida en un minuto». A partir de aquí, en los días siguientes, establece las coordenadas de la nueva situación: continuar haciendo la vida tan normal como le sea posible, informar con transparencia a su familia y a sus amigos del estado de su salud y las evoluciones posteriores y no abdicar de sus proyectos importantes. Entre todo el abanico de terapias, se interesa solo por dos: «La de su oncólogo y la que le puede ofrecer un monje». Se trata de dos objetivos: luchar con todas sus energías por recuperar la salud y dedicar un tiempo diario a la reflexión espiritual y a la plegaria. Para esta segunda tarea, un monje de Monserrat, médico y prior, le proporcionará acompañamiento e indicaciones para sumergirse en el sentido profundo de una vida que amenaza con escaparse. En el rezo del padrenuestro y, especialmente, en la plegaria de los salmos encuentra, a medida que la enfermedad estrecha su cerco, horizontes de paz. Los versículos de los salmos le suministran palabras para expresar su amor filial, sus sentimientos, sus esperanzas, sus angustias, sus alegrías, sus temores, su admiración por la naturaleza. Pero, un día, el corazón de la cardióloga deja de latir para adentrarse en el misterio del amor infinito. La doctora M. Heras y el monje Ignasi Fossas nos ofrecen en un libro su correspondencia a lo largo de la enfermedad. ¡Qué bella historia de amor y de esperanza!

* Periodista y sacerdote