La jornada de reflexión, tan criticada porque muchos la consideran una normativa anticuada e innecesaria, es al menos un día de descanso para los líderes políticos, a los que hay que reconocer que han llevado un ritmo agotador. Una jornada sin agenda, que no es poco, pero con un descanso a medias, pues, a parte de los preparativos que tuvieran ayer que hacer de cara a la jornada de hoy, a la opinión pública le interesa saber a qué dedicaron el día, así que todos pudimos ver a Pedro Sánchez en el pueblo de su abuelo, Anchuras (Ciudad Real), a Pablo Iglesias en el cine, a Pablo Casado con sus hijos y esposa en el campo, a Inés Arrimadas en la Feria de Abril de Barcelona y a Santiago Abascal en los toros. El que no se dejó ver fue Albert Rivera.