Y una vez más reaparecen las cuestiones nunca resueltas referentes al sector agrario, y en general al mundo rural. Este perenne sin vivir es una semblanza consuetudinaria que justificadamente caracteriza a sus más directos protagonistas: hombres y mujeres: estas actualmente más que antes lo fuesen, y ahora hasta de otra manera, pues todos dependen, tanto para sus propias familiares subsistencias como para surtir a los demás consumidores, de los diferentes productos de la agricultura.

Una actividad económica de carácter primario --si bien hoy más que ayer sostén de la importante rama de la industria agroalimentaria a la que provee y nutre--, que jamás ha conseguido, ni parcial ni mucho menos plenamente, el reconocimiento social de la trascendente tarea que en el medio natural se realiza no obstante los apoyos siempre insuficientes que recibe, aunque cada vez más mermados, con más cicatera distribución y un farragoso procedimiento de concesión.

Y si no la vieja casuística de la pertinaz sequía la trágica inundación. No solamente en la esteparia meseta castellana sino también en otras tierras feraces que, tanto como aquellas, están sometidas a un clima inclemente y feroz que agrava el fatal aliado de la sectorial territorialidad de los recursos de la naturaleza, aunque éstos sean del común acervo. Añadida de la parquedad de los precios en origen, que se mantienen prácticamente incólumes desde hace décadas, a la par que sube el coste de los indispensables insumos que posibilitan el buen fin de las cosechas.

Zonas enteras se vacían de personas de las pocas que aún quedan in situ; y los núcleos rurales se abandonan, al igual que las tierras de la obsoleta propiedad de medianos y pequeños agricultores, jóvenes o no. La despoblación no mengua, sino que se acentúa y empeora cada vez más, sin que se encuentren formas de hacer entender al representante institucional de turno, de uno u otro signo político, de la gravedad del problema en su conjunto. Y es que la madre del cordero se encuentra en el escaso PIB agrario en relación al cuadro macroeconómico general.

* Doctor ingeniero agrónomo. Licenciado en Derecho