Nadie le podrá negar a Sánchez que está reinventando, no la democracia, sino nuestra democracia. Esto cada día se parece más a aquellos sainetes del landismo de los setenta. Pedro Sánchez ha demostrado que en una democracia made in spain cualquiera puede ser presidente sin pasar por las urnas; se puede hacer como que se gobierna con los votos de unos golpistas; y no convocar elecciones, y pretender gobernar el futuro de los españoles hasta el 2019, que tocan sí o sí elecciones, sin poder presentar siquiera unos presupuestos generales para el Estado decentes, pues las exigencias de sus socios chocan de frente con la Constitución y pisa las líneas rojas de la Comisión Europea, en asuntos económicos.

Llegados a esta situación de bloqueo político, o en el peor de los casos de un ejercicio político entre el oportunismo y el postureo, solo queda una cosa: hacer campaña electoral sui géneris. Los españoles contemplamos de manera resignada y cansina cómo la política también está cambiando con este reinvento de la democracia de Sánchez. El arte de la política ya no es solucionar problemas de los ciudadanos, sino crearles nuevos y acrecentarles muchos de los que ya tenían; pero eso sí; siempre con ese bla, bla, bla narcisista que demasiados políticos gastan y no pasa de ser un ejercicio onanista y voluntarista, pero sin hechos. O por lo menos los hechos que los españoles necesitamos para que no tengamos que volver a una recesión económica. Aunque los hechos de Sánchez nadie podrá decir que no le benefician a él. Está tan encantado de conocerse que ni corto ni perezoso, eso sí, con su señora, se pone a saludar en la recepción de Zarzuela mano a mano con Felipe VI y la reina consorte. No sé por qué, pero con tanto saltarse el protocolo aquí y allá y acullá, Sánchez cada vez más me recuerda al Rasputín de los zares, que se coló en la realeza y no dejó títere con cabeza. Aunque no le deseo su final. Solo que acabé su rasputinismo con unas urgentes elecciones. Y que acabe esta extemporánea campaña electoral.

* Mediador y coach