Tras las elecciones andaluzas fue histórica la posibilidad real de cambio y de que acabaran los casi cuarenta años de socialismo en la Junta de Andalucía, pero igual de históricas tendrían que haber sido las negociaciones de los partidos de la derecha, de toda la derecha. Estamos asistiendo a una serie de reuniones, comunicaciones y manifestaciones de carácter puramente electoralista en la que cada uno, por libre, intenta desmarcarse del otro con propuestas y declaraciones en las que intentan plasmar su diferencia, pero ¿no se trata de buscar puntos de encuentro? Los hay, y muchos, el primero de ellos, desbancar del poder a los socialistas, los 3 grupos PP, Cs y Vox lo proclamaron en la campaña electoral y lo celebraron eufóricamente en la noche del escrutinio. Igualmente están de acuerdo en hacer frente al desafío independentista al defender la legalidad y la Constitución. Y también quieren esos partidos hacer una auditoría de los distintos organismos públicos dirigidos por el gobierno socialista así como de las entidades y asociaciones afines al PSOE para depurar responsabilidades, «adelgazar» la Administración y evitar más despilfarro público. Eso es lo más importante y principal, y deberían de haber realizado un comunicado conjunto expresándolo así, pues hubiesen dado una clara imagen de responsabilidad y fuerza ante la nueva oportunidad de gobierno y cambio que se presenta, haciendo frente a las declaraciones de los partidos contrarios de que es inviable hablar con la ultraderecha, por Vox; cuando sencillamente deberían haber respondido que Psoe y Podemos hablan con los separatistas contrarios a la Constitución, aceptando Sánchez los votos independentistas a cambio de más dinero e indultos; y que Podemos es extrema izquierda. Yo diría que Podemos es simplemente izquierda como Vox es simplemente derecha, pues tanto PP, como Ciudadanos y ahora el PSOE, se adueñan del centro. No soy ingenua y entiendo que cada partido quiera de cara a las próximas elecciones municipales sacar el mayor rédito de toda esta actuación y pantomima, pero eso harta y el tema no va de derechas o izquierdas sino de gestión seria y responsable, que en la nueva etapa de Andalucía comienza por la negociación de investidura. Afortunadamente, parece que después de su escenificación, sabiendo que Vox es la llave, que no quiere entrar en el gobierno y que necesariamente ha matizado y moderado su discurso, hay pacto de investidura entre PP y Ciudadanos, con el apoyo de Vox. Y esa alianza de la derecha sin fisuras ni incertidumbres, perfectamente compatible con el control parlamentario de Vox, y resto de fuerzas políticas, del nuevo gobierno andaluz ha de dar estabilidad política, paz social y desarrollo económico, reconociendo a cada partido de la derecha su papel importante diferenciador, pero también lo que les une y justifica su negociación para el cambio efectivo y real que tanto necesita Andalucía.

* Abogada